El
Burlak, una nueva oportunidad.
El
lunes veíamos como de difícil es poner en servicio un lanzador ligero de la
mano de Virgin Orbit y su LauncherOne, cuestión que se hace más complicada, si
se trata de vehículo de lanzamiento espacial que se despliega desde un avión.
LauncherOne y Boeing B747 “Cosmic Girl” de Virgin Orbit
en una prueba de 2019 (Virgin Orbit).
A
lo largo de las últimas décadas se han propuesto numerosos sistemas de lanzamiento
espacial desde aviones, de los cuales son ejemplos el Air Mobile Feasibility
test de la USAF estadounidense en 1974, la lanzadera MAKS de NPO Molniya de 1988, el
Burlak ruso propuesto por MKB Raduga en 1995, el Polyot ruso propuesto por Vozdushni
Start en 1999, el Ishim ruso-kazajo propuesto por MiG y MITT en 2006, el Svityaz/Orel ucraniano propuesto por Antonov y Yuzhnoye en 2010 o el ALASA propuesto por la estadounidense Boeing en 2014. Pero, sólo el Pegasus y Pegasus XL de la actual
empresa Northrop Grumman lograron entrar en servicio en 1990, lanzado
por el Lockheed L-1011 TriStar “Stargazer”.
Lockheed C-5 Galaxy Air Mobile Feasibility test en 1974 (War History Online).
Lanzadera MAKS lanzada por un Antonov An-225 Mriya a la estación orbital Mir (Yaplakal.com).
Polyot lanzado desde la bodega de un Antonov An-124 Ruslan (Vozdushni Start).
Ishim lanzado desde un MiG-31I (Rusadas).
Svityaz lanzado desde un Antonov An-225 Mriya (Yuzhnoye).
ALASA lanzado por un F-15 (Boeing).
El proyecto más prometedor, quitando al de Virgin Orbit, sería
un nuevo Burlak, que desgraciadamente nunca llegó a hacerse realidad. Su origen se ubica en 1991, cuando la empresa MKB Ráduga decidió
adaptarse a los tiempos post-soviéticos. MKB Ráduga se ha dedicado siempre a la
construcción de misiles, entre ellos el Kh-55, lanzado desde bombarderos Tu-95
y Tu-160; por lo que propuso utilizar la tecnología del Kh-55 y sus plataformas de
lanzamiento para crear el complejo de lanzamiento espacial AKK Burlak (Авиационно-Космический
Комплекс “Бурлак”).
AKK Burlak (Daniel
Marin Naukas).
Burlak
ruso sería un cohete de dos etapas de 30,5 toneladas y unas dimensiones de 21,4
x 1,6 metros capaz de situar en una órbita baja de entre 200 a 1.100 km de
altura una carga útil de entre 550 y 775 kg. El Burlak debía haber empleado
combustibles líquidos hipergólicos (UDMH + NTO). La primera etapa del Burlak
usaría un motor R0.201 de 70 toneladas de empuje, mientras que la segunda
llevaría un R0.202 de 8,5 toneladas. Tabién, se contempló la opción de usar una tercera
etapa en la versión Burlak-T, con el fin de aumentar la carga útil en órbitas
ecuatoriales hasta las 1,5 toneladas en órbita baja (LEO).
Diagrama del Burlak (Daniel Marin Naukas).
Un
bombardero Túpolev Tu-160 sería su plataforma de lanzamiento; lo que suponía la
ventaja de poder ser lanzado a una distancia de 5.000 km con respecto al
aeropuerto o aeródromo usado por la aeronave, distancia que podía aumentar a
11.000 km en caso de no volver a la pista de origen. De este modo se podían
alcanzar latitudes muy bajas, lo que aumentaba la capacidad de carga del lanzador.
Además, dada su tecnología de origen militar, el Tu-160 era capaz de lanzar el Burlak
bajo casi cualquier condición meteorológica. El Burlak se guiaría por el sistema
de posicionamiento GLONASS. Y junto al Tu-160, en cada lanzamiento
contaría con un avión Il-76 (Il-76SK) que serviría de centro de mando móvil y receptor de telemetría (en el caso del Pegasus esta tarea la realiza el mismo Lockheed
Tristar L-1011). MBK Ráduga planeó una versión dotada de una primera etapa con
un motor hipersónico o Burlak-M.
Perfil de vuelo del lanzador Burlak (Testpilot.ru).
En
cambio, el Pegasus estadounidense actual posee tres etapas de combustible
sólido, una masa de hasta 23,1 toneladas (Pegasus XL) y unas dimensiones de
17,6 x 1,3 metros, siendo capaz de situar hasta 440 kg en órbita baja. Siendo lanzado actualmente por un Lockheed L-1011 Tristar, o, en un futuro, por la aeronave Scaled
Composites Model 351 Stratolaunch.
Lockheed TriStar L-1011 Stargazer lanzando un cohete
Pegasus (Pinterest).
El Burlak
o Diana fue ofertado en el mercado internacional entre 1992 y 1994 gracias a la
colaboración con la agencia espacial alemana, actual DLR. El coste por
lanzamiento se estimaba entonces en 2.500.000 $. Siendo presentado en 1995 un
Tu-160 con una maqueta en madera del Burlak-Diana, proponiendo el primer vuelo
para 1998.
Burlak-Diana en 1995 (Daniel Marin Naukas).
La
serie de dificultades que impidieron su puesta en servicio por la necesidad de
modificar un bombardero Tu-160 a la versión Tu-160SK (lanzador espacial), y los militares rusos no
se mostraron muy a favor de la idea de perder una unidad por esta causa. También,
se intentó obtener alguno de los 19 Tu-160 heredados por Ucrania de la URSS,
pero el Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa de 1992 y el
Memorándum de Budapest sobre Garantías de Seguridad de 1994; así como, las
ayudas estadounidenses para que Ucrania destruyera su arsenal impidieron
conseguir alguno de esos aparatos. Destruidos todos, salvo 8 cedidos a Rusia, la
DARA (hoy DLR) alemana propuso lanzar el AKK Burlak desde el malogrado Concorde.
Además, su principal competencia eran los lanzadores rusos como el Dnepr-1 (1999)
o el Rockot (1990), elaborados a partir de misiles balísticos (ICBM) R-36M y
UR-100N. Con unos precios tan bajos por reciclar misiles balísticos, entre los que también tenemos al Kosmos-3M (1975) de NPO Polyot, al Star-1 (1993) de MITT y al Volna-Shtil (1995) de JSC Makeyev, un Burlak
fabricado no tenía nada que hacer. No recibiendo ningún pedido, en
2001 el proyecto pasó a ser rebautizado como HAAL (High Altitude Aerial Launch)
y el coste por misión aumentó a los cinco millones de dólares, desapareciendo poco después.
Kosmos-3M (Space Launch Report).
Rockot (Wikipedia).
Dnepr-1 (Space Launch Report).
Start-1 (Flydinamikern).
Volna-Shtil (The Planetary Society).
No obstante, la situación hoy día ha cambiado, el Dnepr-1 sucumbió en 2015 por el conflicto en Ucrania y el Rockot hizo su último vuelo comercial en 2019; por lo que sus principales rivales han desaparecido, tan sólo quedando cohetes fabricados como el Soyuz 2-1v (2013) y el Ángara 1.2 (2014) rusos y el Vega (2012) europeo. Aunque podrían darse un Dnepr-2 de la mano de JSC Makeyev, mediante tecnología de la versión rusa del R-36M soviético llamada RS-28 Sarmat y el stock de misiles R-36M decomisados existente; un nuevo cohete Start-1 de MITT, derivado de los ICBM RT-2PM Topol retirados y en stock por los nuevos misiles RS-24; o incluso, un nuevo Rockot-2 de JSC Khrunichev. Pero, este último punto es muy poco probable.
Ángara 1.2 (Roscosmos).
ICBM RS-28 Sarmat (Missile Threat - CSIS).
Aunque sea aún imposible hacerse con un Tu-160 actualmente para lanzar el Burlak,
la inminente retirada de los Túpolev Tu-95M y Tu-142 en los años 2020, abre la
posibilidad de adquirir uno de esos bombarderos estratégicos. Estas veteranas
aeronaves fueron adaptadas a llevar los KH-55 por necesidades de las fuerzas
estratégicas rusas tras el colapso soviético, por lo que podrían servir de
plataforma de lanzamiento del Burlak de nueva generación (que hasta podría tener
versión hipersónica o Burlak-M, por los efectos spillover de los avances en los
misiles hipersónicos Kinzhal).
Tu-95M portador y lanzador de misiles Kh-55/101/102 (Pinterest).
El
nuevo plan incluiría aeronaves Il-80 o Il-76VPK, también retiradas del servicio
en los próximos años como nave de mando y telemetría durante el lanzamiento; sustituyendo al
Il-76SK original del sistema AKK Burlak.
Por
último, se podría incluir un componente reutilizable, no sólo por ser la última
moda en el sector; si no, en un intento de limitar el fuerte impacto
medioambiental y de costes que supone un lanzador a base de hidracina, pese a
que se recupere el vehículo de lanzamiento sin esperanzas de reutilizarse (lo
cual se podría estudiar también). De esta forma, se evitarían las
descontaminaciones de las áreas de caída de las etapas, como ha pasado con el
cohete Protón, lo cual suponía un coste añadido y mayor riesgo y complejidad
para las operaciones del sistema de lanzamiento.
Opciones
que se podrían estudiar son aquellas que, por ejemplo, hacen uso de
helicópteros civiles Mi-26; tal como se muestra en la siguiente simulación.
En
este punto, sólo restaría que MKB Ráduga, retomara el proyecto actualmente
captando el capital de forma interna mediante los ingresos por sus actuales complejos de misiles; o
mediante aportaciones privadas.
Quién sabe si en un futuro veremos un nuevo sistema de lanzamiento AKK Burlak en funcionamiento en el litoral del mar Negro o el océano Pacífico.
Quién sabe si en un futuro veremos un nuevo sistema de lanzamiento AKK Burlak en funcionamiento en el litoral del mar Negro o el océano Pacífico.
Un TU-95M lanzando un misil Kh-55 o quizás un Burlak (SMP).
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