El rescate del Hubble
Desde octubre de 2018, el Hubble se halla al final de su larga vida útil iniciada en 1990, aunque aún operativo, cada vez es más factible que un fallo de un elemento clave lo inutilice antes de reentrar en la atmósfera en 2028. Lo que se suma a la situación actual de crisis de los observatorios espaciales estadounidenses con los retrasos y sobrecostes en el telescopio James Webb, complemento y sustituto natural del Hubble. Dejando a la NASA con un vacío importante en su programa de observatorios orbitales. Sin ser posible contar con el Space Shuttle para reparar y mantener el telescopio en órbita, desde su retirada en 2011; o con las nuevas naves tripuladas Crew Dragon y CTS-100 Starliner para 2020, dados los retrasos y sobrecostes del programa CCDev-CCP de la NASA. Lo que en todo caso sería una misión cara y compleja.
Propuesta de mantenimiento del Hubble con exclusa y nave Crew Dragon (NASA).
Además, quedaría desechada la posibilidad de utilizar elementos autónomos como el módulo ICM propuesto en los años 2000, por las mismas razones de complejidad y coste que llevaron a la excepción de la misión STS-125 en 2009, dentro del programa de retirada del STS. El único elemento capaz de llevar cabo operaciones similares al ICM antes de 2028 sería una variante pesada y dotada de un puerto APAS (Androgynous Peripheral Attach System) del MEV (Mission Extension Vehicle) de la empresa estadounidense Northrop Grumman, que se estrenó en 2019; lo cual supone invertir decididamente recursos y tiempo en el desarrollo de este "ICM 2.0". No habiendo otras opciones maduras en el marco del rescate del Hubble por parte de Occidente.
MEV-1 (Northrop Grumman).
No obstante, existe otra posibilidad dentro de las capacidades actuales y tiempo disponible, mirando para Oriente. Debido a que el Hubble fue equipado con un puerto de acoplamiento APAS LIDS (Androgynous Peripheral Attach System - Low Impact Docking System), que sería el que usarían las esclusas y naves tripuladas estadounidenses para atracar en una misión al Hubble, tal como hacía el Space Shuttle hasta 2009.
Imagen del puerto APAS LIDS del Hubble durante la STS-125 en 2009 (NASA).
Pero, no sólo las naves tripuladas estadounidenses tienen el sistema de acoplamiento internacional APAS (desarrollado en 1975 para la misión Apolo-Soyuz), sino que las actuales naves Shenzhou chinas (copias de las naves Soyuz), desde la Shenzhou 8 en 2011, disponen de puertos APAS.
Nave Shenzhou china con puerto APAS (China Space Flight).
A su vez, dichas naves, a diferencia de la Crew Dragon o Starliner, tienen la posibilidad de utilizar su Módulo Orbital como esclusa para actividades extravehiculares o EVAs (característica heredada de la Soyuz y ya utilizada en la misión Shenzhou 7 de 2008); eliminando la necesidad de lanzar una exclusa aparte como en la propuesta estadounidense. De esta forma, una nave Shenzhou actualmente se podría acoplar al APAS del Hubble y podría realizar las actividades extravehiculares necesarias para reparar y mantener el complejo. Así como, elevar la órbita y extender la vida útil del telescopio orbital, tal como hacen exclusivamente las naves Progress y Soyuz rusas con la Estación Espacial Internacional (ISS).
Módulo Orbital de la Shenzhou utilizado como esclusa para paseos espaciales (Lenta.ru).
El último elemento de este plan sería utilizar para las EVAs trajes Orlán-MK rusos importados, con los que ambos países están familiarizados en sus paseos espaciales en la ISS y la Shenzhou 7. Además de las herramientas especializadas de la NASA para las EVAs de mantenimiento y reparación del Hubble.
Astronauta trabajando con un Orlán-MK en la ISS (NASA).
Taikonautas saliendo del módulo orbital - esclusa en la EVA durante la Shenzhou 7 en 2008 (Wired).
Aunque, el porqué de la colaboración de EE.UU. y China en este proyecto habría que analizarla con otros factores:
A Washington, le interesaría mantener el Hubble a una parte del coste, dada la situación de retrasos y sobrecostes con el James Webb y otros telescopios como el WFIRST. Sin desvelar a China información sensible, dada la tecnología ochentera del Hubble. A la vez, controlando cómo los chinos aprenden y enfocan el desarrollo de su futuro telescopio Xuntian; pudiendo influirles para desarrollar conceptos obsoletos y de un dilatado desarrollo temporal, afectando directamente al desarrollo de la carrera espacial china de cara garantizar la superioridad estadounidense en este campo.
Telescopio orbital James Webb (New Atlas).
Mientras que, a Pekín, la experiencia le serviría para el desarrollo de su propio telescopio espacial Xuntian y la estación orbital Tiangong, a la vez que no desvelarían ningún dato esencial de su desarrollo espacial al enseñarles la versión de "exportación" de la Shenzhou a los estadounidenses, similar a su venerable hermana rusa Soyuz, que la NASA conoce por su experiencia en la Mir y la ISS (lo que facilitaría el adiestramiento de la tripulación estadounidense). Además, la nave Shenzhou ya está en vías de ser reemplazada por la Nave China de Nueva Generación de 2020. Así como, el principal puerto espacial chino será trasladado de Jiuquan (Mongolia Interior), desde dónde se lanza la Shenzhou, a Wenchang (isla de Hainán), desde donde se lanza la nueva nave china. Por lo que EE.UU. sólo verá en los entrenamientos, preparación y lanzamiento desde Jiuquan los elementos más obsoletos y en desaparición de lo que era el programa espacial chino en los años 1990 y 2000. Manteniendo, a su vez, la Shenzhou activa hasta al menos 2030, como reserva y refuerzo para la estación espacial Tiangong de la Nave China de Nueva Generación lanzada desde Wenchang.
Nave Shenzhou y Nave China de Nueva Generación (Spaceflight Inside / Spaceflight Now).
En conclusión, a ambas potencias espaciales les interesa una misión del tipo Apolo-Soyuz que se enmarque en una necesaria rebaja de las tensiones entre ambas potencias en previsión de un conflicto real, como augura la guerra comercial en la que hallan enzarzadas EE.UU. y China. Tal como se pretendía en 1975 por parte de la Unión Soviética de Brézhnev y los Estados Unidos de Nixon y Ford, durante la Guerra Fría y después de la carrera lunar de 1961-1973. En este caso, el Hubble-Shenzhou resarciría al perdedor o acabaría con la carrera lunar de 2017-2024 con una solución honrosa para ambos.
Puede que antes de 2028 un lanzador CZ-2F despegue con una nave Shenzhou alojando a un astronauta estadounidense y un taikonauta chino en su interior para instalar y reponer elementos chinos, europeos y estadounidenses en el telescopio orbital Hubble.
Lanzamiento del cohete CZ-2F de la misión Shenzhou 11 en 2016 desde Jiuquan, China (China Space Report).
Fuentes:
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